Egipto

Pintura en Egipto

La pintura se utilizaba para decorar las paredes de templos y tumbas, así como para ilustrar los papiros, que son soportes para escribir o dibujar.

Una de sus técnicas empleadas fue el fresco. Para conseguir los colores los pigmentos se diluían en agua antes de ser aplicados sobre una pared húmeda.

Su temática era variada y oscilaba entre las representaciones religiosas  y de carácter simbólico como dioses y ritos, y las escenas de la vida cotidiana ejecutadas con gran realismo. Existen numerosas representaciones de plantas y animales. Sus personajes de mayor importancia como el faraón y los sacerdotes se pintaban en mayor tamaño que los de menor categoría.

Un rasgo típico de la pintura egipcia es que las figuras se dibujaban de perfil, quedando únicamente de frente el tronco y los ojos. Otra de sus características es la ausencia de perspectiva y el empleo de colores planos, es decir, sin degradar o difuminar. Por otra parte, los hombres se representaban con piel más oscura que los de las mujeres.

pintura-tumba-de-menna

 

Escultura en Egipto

 

El arte egipcio en general, y en particular la estatuaria, nacieron como un nexo con el más allá destinado a durar toda la eternidad, unido a una exaltación del poder de la persona representada en la misma.

Al igual que la pintura, la escultura tenía unas características muy particulares, que la diferenciaban de cualquier otro lugar o época, y que prácticamente no cambiaron durante los tres mil años que duró el Imperio Egipcio, si exceptuamos la época amarniana, a la cual dedicaremos un capítulo completo. Estas características son las siguientes:

-Simbolismo y representatividad. La escultura egipcia no surge como una necesidad estética ni de adorno, sino que siempre tiene un fin. Representa el poder, unido al deseo de perdurar eternamente. Por tanto, su finalidad es política y religiosa.
-Hieratismo y rigidez. Entendido tal como la representación tranquila y ambigua, y una inmovilidad, casi de reposo. Las figuras parecen esperar impasibles el paso del tiempo, prácticamente inexpresivas. El arte egipcio no pretende expresar movimiento. Si la estatua está de pie, sus brazos reposan a lo largo del cuerpo, y normalmente está apoyada sobre un pilar. Si es sedente, las manos irán apoyadas sobre las rodillas. La rigidez en el gesto indica eternidad.
-Formas cúbicas. Las estatuas eran talladas en un solo bloque. Es posible que fuera por la dificultad de tallar la piedra, separando miembros del cuerpo sin que se rompieran, o, en el caso de estatuas grandes y colosos, para aumentar su grandiosidad. Si la escultura es de bulto redondo la forma matriz es un bloque de piedra en forma de prisma cuadrangular.
-Frontalidad. Las estatuas están hechas para ser vistas de frente, sin detalles en la parte posterior, excepto, en algunos casos, en que se representaba el pelo o algún objeto que portara en la espalda. No era necesario representar esta parte, ya que lo que se quería representar era la esencia de la persona.
-Simetría. La escultura individual es completamente simétrica, dividiéndose en dos partes iguales respecto a un eje vertical, exceptuando el detalle de las estatuas de pie, en las que normalmente el pie izquierdo está ligeramente adelantado, o, en algunos casos la posición de los brazos varía de una mitad a otra del cuerpo.

Su técnica se regía por un sistema de proporciones fijos, al igual que la pintura. Sobre el bloque de piedra que se fuera a tallar, de forma rectangular, se realizaban cuadrículas guía en las partes anterior y laterales, aproximadamente del tamaño de un puño cada una. Previamente, se disponía de un modelo pequeño en piedra o yeso, que era reproducido a escala en el bloque antes citado.

A continuación, se realizaba un boceto del modelo, pintando sobre las cuadrículas, por el frente y los laterales. Después se vaciaba la piedra siguiendo el modelo, hasta obtener una estatua de bulto redondo. Esto se hacía con cinceles de cobre. Posteriormente se pulía con arena mojada, hasta dejar la superficie suave.

Por último, algunas estatuas se policromaban.

micerinos

Triada de Micerinos o Menkaura

nefertiti

Nefertiti

kefren-sedente

Kefren

 

Arquitectura en Egipto

La arquitectura egipcia más influyente y estudiada dentro de la historia del arte son las tumbas y los templos del Antiguo Egipto (3000 a.C. – 30 a.C.) que han perdurado hasta la actualidad. Estos edificios, además de su contener su propio valor arquitectónico, han preservado en excelentes condiciones otras obras de arte egipcio como estatuas, bajorrelieves, joyas o papiros pintados.

Características de la arquitectura egipcia
La arquitectura del Antiguo Egipto estuvo muy determinada por su medio y aislamiento geográfico. Prueba de ello son, por ejemplo, el uso de grandes cantidades de materiales que abundaban en el entorno y la evolución contenida de una cultura aislada de influencias exteriores que se mantiene intacta en esencia durante tres milenios.

Las obras arquitectónicas más famosas del arte egipcio son aquellas que mejor se han conservado: las construcciones planeadas para la eternidad. Tumbas y templos funerarios de piedra que no se han visto tan afectadas por el paso de tiempo como la arquitectura civil de adobe expuesta a las inundaciones del río Nilo.

Sus características generales son:

Función religiosa y funeraria. Las creencias religiosas están muy presentes en el arte egipcio, en especial la creencia en la vida ultraterrena y el carácter divino de los faraones. Las tumbas y los templos están supeditados a estas doctrinas.

Simbolismo. Las tumbas y templos tienen un aspecto simbólico y mágico, íntimamente ligado con su función religiosa, que trascienden las formas arquitectónicas materiales. Se incluye dentro de este simbolismo la decoración arquitectónica con jeroglíficos, bajorrelieves y estatuas mitológicas (ver ejemplo: esfinges).

Durabilidad. Estos edificios religiosos estaban diseñados para soportar la eternidad y, por lo tanto, se trata de construcciones robustas construidas con grandes sillares de piedra caliza (a partir del Imperio Antiguo) aparejados sin mezcla, con muros muy gruesos y en talud, pocos vanos, cubierta adintelada y abundancia de columnas con capiteles de motivos vegetales y protodóricos.

Racionalismo matemático. La belleza en la arquitectura egipcia se busca y se encuentra en las proporciones matemáticas y en las formas geométricas simples con predominio de las líneas rectas y horizontales.

Colosalismo. El tamaño monumental de estas obras trasciende las proporciones humanas adentrándose en las divinas. No solo son edificios dignos de dioses, sino que exaltan la grandeza del reino y sus gobernantes.

Mastaba. Tumba de los funcionarios Nianjjnum y Jnumhotep.
Saqqara (Egipto). 2400 a. e.

Pirámide escalonada de Zoser. 2630 a. C.

Gran Templo de Abu-Simbel

Deja un comentario